.:ABUSARON DE MÍ CUANDO ERA NIÑA EN LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ. ¿A JEHOVÁ SIQUIERA LE IMPORTA?
“Mientras crecía como una testigo de Jehová, fui abusada sexualmente por mi padre, que era un anciano (líder). Cuando el asunto salió a la luz, fue conscientemente ignorado y encubierto, y me dijeron que lo dejara en las manos de Jehová. Esperé con las expectativas de una niña, pero jamás sucedió nada. La justicia nunca llegó. ¿Acaso le importa a Jehová el abuso que sufrí y los efectos perdurables que tengo por causa de esto? Ya de adulta, sufro de depresión, desórdenes alimenticios y pensamientos serios de suicidio. ¿Qué clase de Dios amoroso permitiría que esto le sucediera a una niña inocente? ¡Amar a Dios ha sido el peor error de mi vida!”
Querida amiga con el corazón destrozado,
Mi nombre es Beryl, y no puedo enfatizar lo mucho que entiendo tus sentimientos. Mi corazón ha pasado muchos años con dolor, ¡he maldecido a Dios y he agitado los puños contra Él con indignación! Dos veces he tratado de quitarme la vida. Sé por experiencia propia lo que es la desesperanza.
Si te parece bien, me gustaría compartir contigo un poquito de mi historia, sólo lo suficiente para que tengas la absoluta certeza de que no estoy siendo condescendiente contigo ni te estoy dando falsas esperanzas. Verdaderamente te estoy hablando de lo que experimenté en mi propia vida.
Mis padres se hicieron Testigos cuando yo tenía 6 años de edad y muy pronto Jehová y su “organización” se convirtieron en mi vida entera. Mis padres estaban completamente involucrados en “servir a Jehová.” Eso era todo lo que yo conocía. Luego, cuando yo tenía 14 años de edad, nos mudamos del sur de California a Tennessee, donde existía una mayor necesidad de precursores de tiempo completo, y mis padres eran precursores. Al poco tiempo de mudarnos allá, mi padrastro comenzó a abusar de mí sexual, verbal y emocionalmente.
Lo que es muy importante que sepas es que yo realmente amaba a Jehová. Fui bautizada a los 12 años e inmediatamente empecé a ser una precursora auxiliar, invirtiendo 60 horas en el servicio de campo cada mes, aún cuando estaba en la escuela de tiempo completo. Yo hacía esto porque lo quería hacer. Ya para cuando nos mudamos a Tennessee, yo ya sabía cuál era mi meta en la vida y ésta era servir de tiempo completo en Bethel, en la sede de Brooklyn, Nueva York. Lo único que yo quería hacer era servir a Jehová.
A lo largo del tiempo en el que fui abusada, mi amor y servicio a Jehová nunca decayeron. El abuso salió a la luz un poco antes que yo cumpliera 17 años y la respuesta fue, ¡que los ancianos reprendieron a mi padrastro y a mí en privado! Yo, inmediatamente, regresé al ministerio de tiempo completo, pero mi padrastro nunca más regresó a la organización una vez que todos sus privilegios fueron restaurados.
Eventualmente me casé con un Testigo y creía que todo estaba bien. Pero entonces, alrededor de los 22 años de edad, comencé a sufrir de una horrible depresión y aunque la razón debió haber sido evidente, yo no sabía por qué. Yo no creía que había sido afectada por el abuso, ¡y nadie siquiera comentó que así fuera! ¡Mi vida, ciertamente, se convirtió en una especie de montaña rusa a partir de ese momento! Y para hacer breve esta larga historia, mi esposo y yo terminamos siendo excomulgados, expulsados de la organización.
Los siguientes 13 años de mi vida fueron un infierno en la tierra. Yo seguí tratando de regresar a la organización y continué fracasando en poder tratar de “hacer todo bien” el tiempo suficiente como para que ellos me dejaran entrar. Lo más importante que quiero que sepas acerca de esos 13 años es que yo continué clamando a Jehová, preguntándole: “¡¿¡¿POR QUÉ?!?! ¡¿Por qué permitiste que esto me sucediera, cuando lo único que siempre he querido hacer es servirte?! Yo había hecho planes para mi vida entera y TODO se trataba de vivir para ti. ¿POR QUÉ NO ME PROTEGISTE?”
Pasé muchos de esos años muy enojada con Él. Muy enojada por toda la basura que el abuso trajo a mi vida. Muy enojada por todo el reproche que mi promiscuidad, el ir a fiestas y el querer morir trajo ante Él, cuando yo sólo quería glorificarle con mi vida. Ese verdaderamente era mi sueño desde lo más profundo de mi corazón…hacerle feliz, servirle con todo lo que yo era. ¡¿Cuántas personas sienten lo mismo por Dios cuando son pequeñas?! ¡¿Cuántas personas a los 6 años de edad tienen una relación íntima y real con Él?! Pero así fue conmigo. Yo estaba enamorada de Él. Él era mi mundo. Pero ahora mi mundo estaba destrozado, oscuro y sin esperanza. ¿¿¿Por qué Él no protegió un amor que era tan profundo y real??? ¡NO tenía sentido!
Pero todos aquellos años dolorosos tratando en vano de regresar a los Testigos, finalmente me llevaron a un camino de desesperación que me condujo a la puerta de una iglesia Calvary (Calvario). Fue un largo viaje de ocho meses, lleno de confusión, temor, incertidumbre y también de más ira. Pero fui rodeada por el más asombroso grupo de mujeres de Dios que simplemente me amaron y oraron conmigo y POR mí. Y al final de mi camino cuesta arriba de ocho meses, el 3 de abril del 2003, le entregué todo a mi Señor, Dios y Salvador Jesucristo.
Fue en ese momento, que todas las preguntas que tenía durante muchos años de mi vida…fueron respondidas. La claridad del entendimiento fue la experiencia más asombrosa de mi vida. De pronto, supe por qué Él permitió, NO CAUSÓ…sino que permitió el abuso. Verás, si yo no hubiera sido abusada, hubiera ido a Bethel y probablemente me hubiera casado con un buen Testigo y nunca me hubiese permitido a mí misma jamás considerar otra religión o creencia, y hubiera terminado siendo eternamente destruida.
Y si Él no hubiera permitido el abuso…yo no sería capaz de comprender tu devastación, tu pérdida, tu resentimiento y tu ira hacia Dios. No sería capaz de ofrecerte esperanza. No sería capaz de ofrecerte la verdad que encontré personalmente. La verdad de que no sólo hay un Dios, sino que Él es el Dios…el Dios de amor, de ternura, de protección.
Él lloraba por mí cada vez que mi pequeño corazón de niña era herido. Él lloraba por el abuso espiritual bajo el cual viví diariamente por 32 años. Él lloró todas las veces que escogí herirme a mí misma ya de adulta, tomando decisiones destructivas, consumiendo drogas, acostándome con muchos hombres, abusando del alcohol e incluso tratando, literalmente, de quitarme la vida. Él ha estado aquí conmigo en todo momento de mi vida desde que fui concebida.
Él jamás me dio la espalda, aún cuando hubo muchas veces en las que yo estaba segura de que así era; muchas veces que yo estaba segura de que Él no me amaba, que no me quería. Y cada vez que pensaba eso, que creía eso o que sabía eso, ¡¡estaba EQUIVOCADA!! Pasé mucho tiempo de mi vida “sabiendo” que tenía todas las pruebas y que estas únicamente “probaban” que a Dios no le importaba. Y te puedo decir, ya del otro lado de un camino muy largo, difícil y brutal…que YO ESTABA EQUIVOCADA.
También te puedo asegurar con absoluta confianza que Él llora por ti…Él quiere que tú le permitas hacer bien las cosas. Pero Él no irá a donde no es invitado. Quiero ser completamente honesta contigo…Aún atravieso por períodos en los cuales es una lucha confiar en Él, PERO puedo prometerte que ya no es igual como solía ser. Donde la mayor parte de mi vida era triste, fea y dolorosa, AHORA mi vida es principalmente apacible, cálida y segura. Él me ha traído a un lugar maravilloso y ha puesto en mi vida a mucha gente extraordinaria. Cada día soy bendecida abundantemente.
Y, en algunos aspectos, creo que esto es lo más poderoso que te puedo decir. Finalmente he llegado a un punto en el cual, si Dios viniera esta noche y me ofreciera revocar todo el abuso y el dolor, sin embargo significaría que perdería los dones de compasión, empatía y discernimiento que me han venido como consecuencia del abuso que sufrí, honestamente diría “No.” Rechazaría esa oferta, y lo digo de verdad con todo lo que soy.
Esa es la plenitud que Él ha restaurado en mí, y esa es la plenitud que Él quiere restaurar en ti. Él es muy paciente y conoce tu corazón mejor que tú, así que no tienes que hacer mucho, sólo ábrele la puerta un poco, permite que comience a amarte por medio de personas que, al igual que yo, realmente entienden tu dolor. No es una sanidad de la noche a la mañana, sino que ¡una sanidad real, profunda y sólida! Sólo tienes que abrirte un poco; si eres como yo era, realmente NO tienes nada que perder, sino que tienes TODO POR GANAR.
Si te sientes dolida y necesitas algo de ánimo, por favor visita mi blog: Daddyslittlegirls4303 (en inglés). Tal vez quieras también darle un vistazo a este sitio Web: www.silentlambs.org.
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