Chris – ex-testigos de Jehová

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.:CHRIS

Al crecer como un testigo de Jehová, Chris aspiraba servir en la sede principal de la rama canadiense de la Sociedad Watchtower, pero en un intento por solidificar su fe como un testigo de Jehová devoto, Chris investigó la historia y las doctrinas de la Organización, sólo para encontrar mayores discrepancias entre las afirmaciones de la Sociedad y la Biblia. Al haber perdido a su familia y a los únicos amigos que tenía en la Organización, ¿a dónde podía ir? Con la ayuda de VERDADEROS amigos cristianos, Chris encontró amor, aceptación y seguridad eterna en Cristo.

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Fue en 1967 cuando mi familia comenzó a asociarse con los testigos de Jehová. Mi madre me había bautizado en la United Church (iglesia unida) en junio de 1963, cuando sólo tenía seis meses de nacido, pero cuando tenía cuatro años de edad, ella comenzó a estudiar con los testigos de Jehová. Así que, aparte de las dos o tres veces que asistí a la escuela dominical de la United Church, la única religión que conocí mientras crecía era la de los testigos de Jehová. Me sorprendí al enterarme que la familia de mi abuela había estado asociada con ellos desde finales de 1800. Ya para 1968 mi padre también comenzó a estudiar para ser un testigo de Jehová y en 1971, se sometió al bautismo con agua como señal de su devoción a la organización.

Mientras crecía me enseñaron a creer que yo estaba sirviendo a Jehová, el verdadero Dios, y que ser desobediente a mis padres o a los ancianos, es decir, la Sociedad Watchtower, era ser desobediente a Jehová. Cuando llegué a los años de mi adolescencia, fijé mi mirada en servir en la sede principal de la rama canadiense de la Sociedad Watchtower e invertí tanto tiempo como pude en la obra de puerta-a-puerta de los testigos de Jehová. A los diecisiete años de edad, yo también experimenté el bautismo en agua y consideraba que me había convertido en un portavoz de Jehová como uno de sus favorecidos, asociado con la única religión verdadera sobre la tierra.

Realmente me encantaba servir en la Watchtower. Decidí que la manera de obtener un sólido y firme asimiento acerca de la Organización Watchtower era investigando su historia desde el principio. Pensé que no tenía nada que perder haciendo esta investigación. Ahora, sí tenía algunas dudas con respecto a algunas de las doctrinas enseñadas por la Sociedad Watchtower, pero hice a un lado en mi mente a esas dudas y comencé a leer y a investigar. En el proceso, encontré que muchas doctrinas habían cambiado en el transcurso de los años—incluso cambiando, una y otra vez, de una idea que era aceptada a ser luego una idea no aceptada, para posteriormente volver a la posición inicial. A esto lo llamaban “nueva luz,” y era algo que siempre me costó mucho trabajo creer.

También dudaba de la enseñanza de la Sociedad en que sólo un grupo selecto había sido lo suficientemente favorecido de Jehová para heredar el cielo. Pero, si esta creencia era verdadera, yo, como un testigo de Jehová con buena reputación y que deseaba ir al cielo, me consideraba dentro de esta selección de 144,000. Sin embargo nadie me creía y era en términos sencillos, el hazmerreír. Esto me llevó a investigar más acerca de todo lo que me habían enseñado, buscando verificar si era cierto o no de acuerdo a las Escrituras. Hice una lista. Por un lado, hice una lista de lo que podía verificar de las Escrituras y por otro lado, hice una lista de lo que los testigos de Jehová enseñaban y que no podía ser verdaderamente verificado en las Escrituras.

¿Qué podía hacer? Poner de manifiesto mi creciente incredulidad hubiera sido un suicidio espiritual como testigo de Jehová. Mantuve esto dentro de mí, hasta que fue demasiado para soportarlo. Comencé a beber mucho, buscando una manera de salir de mi dilema. Luego fui diagnosticado como una persona maniaca depresiva y mi salud comenzó a fallar. Todavía era muy tímido para declarar mi incredulidad con respecto a estos asuntos porque sabía que, si hacía eso, perdería a mi familia, mis amigos y la esperanza celestial, además de tener que encarar el pecado en el que estaba envuelto por el exceso de alcohol y abuso de las drogas que me habían prescrito.

En 1992 sufrí un colapso nervioso. Estuve hospitalizado por dos meses y en ese tiempo, analicé mucho las cosas del alma. Regresé a la Organización Watchtower en 1994, pero para 1996 sabía con seguridad que no podía permanecer en la organización, siguiendo a hombres espiritualmente ciegos que lideraban desde una oficina en Brooklyn. Pensé que si continuaba así, definitivamente nunca vería el cielo. Aún si ellos eran “la verdad,” yo no era un testigo de Jehová lo suficientemente bueno, y de todos modos no podría ver el cielo.

¡Qué conjunto tan deprimente de circunstancias! Por cuatro años, no hice nada excepto leer todas las revistas Atalaya que poseía para confirmar más o clarificar lo que había aprendido con los testigos de Jehová. En mi última reunión con ellos, un anciano me dijo que no leyera la Biblia por mí mismo, ya que ésta no se podía entender sin el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, que supuestamente, entregan guía directamente de Jehová. En el año 2000, de verdad sentí que debía comenzar a leerla nuevamente y si Dios era real, debía buscarlo. Mi esposa, quien había sido una testigo de Jehová por un breve tiempo, no quería saber nada de Dios ni de religiones, así que se fue. Y allí estaba yo, sin familia, porque yo ya no era más un testigo de Jehová; sin amigos, porque todos los que tenía eran testigos de Jehová.

En ese momento, amigos VERDADEROS fueron puestos en mi vida. Digo “fueron puestos” porque, definitivamente, fue obra del Señor. Una pareja evangélica en mi condominio comenzó a predicarme. La señora leía las Escrituras conmigo, oraba por mí, me aconsejaba con la Biblia y gradualmente, deshizo todo aquello que aún permanecía de mi razonamiento influenciado por los testigos de Jehová. Su pastor vino y me visitó, y este fue el primer hombre, verdaderamente amable, con el que tuve contacto en muchos años. Fui a la iglesia de ellos y me sentí, literalmente, como un pez fuera del agua.

Sin embargo, el Señor estaba obrando en mí. El 15 de marzo del 2001, en el santuario de esa iglesia, acepté a Jesús como mi Señor y Salvador. ¡Oh! ¡Que diferente ha sido la vida desde entonces! Ahora sirvo como predicador y dirijo la alabanza y la adoración en nuestra iglesia. Jesús me ha sacado de la ceguera espiritual y de la esclavitud de los hombres, hacia los pies de su cruz, para seguirle a Él con mis pecados perdonados y mi salvación obrada por su gracia.

Él me ha librado del alcohol y del abuso de drogas. Ya no tengo que dudar más con respecto a dónde iré cuando me muera. Jesús me ama y me da seguridad de mi herencia en Cristo. Hoy también he sido bendecido con promover un alcance para animar a otros ex-testigos de Jehová que lo necesiten, e incluso a algunos que son actualmente testigos de Jehová insatisfechos y que buscan a Jesús.

Si aún no le has dado a Jesús una verdadera oportunidad para guiarte, seas un testigo de Jehová o alguien cautivo en otra secta o religión falsa, te imploro que lo hagas. Sin importar todas las amenazas hechas por hombres que dicen que estarás condenado si dejas tu afiliación religiosa actual. ¡SOMOS AMADOS por el Señor! Dale el espacio que Él merece en tu vida, te prometo que no te arrepentirás.

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