.:TRISH
Nació y creció como una testigo de Jehová por 42 años; ella experimentó de primera mano la hipocresía que existe en el entorno legalista de la Organización Watchtower. Después de sufrir años de abuso en su matrimonio y de fallar en poder vivir de acuerdo a todas las expectativas de la organización, Trish se divorció de su esposo testigo de Jehová, diciéndole que podía tener la custodia de la religión, ¡y que ella se quedaría con la custodia de los hijos! Viviendo en el limbo, sin ninguna afiliación religiosa que declarar, Dios en su misericordia y gracia le abrió los ojos a la Verdad.
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Fui testigo de Jehová por 42 años. Literalmente, nací y crecí en la organización. Mi padre fue bautizado cuando era joven pero estuvo apartado. Luego regresó a la organización cuando él y mi madre comenzaron nuevamente a estudiar, poco antes de que yo naciera. Mi bisabuela era uno de los 144,000 “ungidos,” ¡así que mis antecedentes son extensos!
Soy la menor de cinco hijos, y una entre muchos primos. Todos vivíamos en el mismo vecindario, asistíamos a las mismas escuelas e íbamos al mismo Salón del Reino. Todo esto realmente facilitaba el que todos se vigilaran mutuamente, y que también se delataran cuando alguien no estaba siguiendo las reglas. Adivinen quién era la que usualmente fallaba. No, no era yo. A mí me aterraba hacer escándalo y que alguien pensara que yo no era la persona que ellos pensaban. ¡Y yo había visto lo que les sucedía a las personas así! Era una de mis hermanas. Ella siempre estaba desafiando las reglas y la autoridad, saliendo a escondidas para estar con chicos. A ella la clasificaron de loca y con necesidad de medicamentos.
Aún cuando era muy joven, yo sentía que algo no estaba muy bien con esta organización. Usaban palabrería con conceptos tales como, “Los hijos son un regalo del Señor” (Salmo 127:3), pero en realidad los trataban como si fueran una tremenda carga, citando la Escritura que dice, “¡Ay de las que estén encinta y de las que críen en aquellos días!…” ¡insinuando que no deberíamos estar teniendo hijos! Bien, entonces ¿cuál escritura era la correcta? Y si uno hacía este tipo de preguntas de manera intencionada ¡era señalado como un problemático! Yo traté de permanecer callada con mis preguntas y mis dudas, pero siempre me sentía como un fraude, ¡YO QUERÍA ser como mis amigos! ¡Quería tener un pastel de cumpleaños y regalos en la Navidad! Cuando escuchaba los himnos que cantaban en el programa de Lawrence Welk, ¡me fascinaban esas canciones! ¡Esa música realmente me hablaba!
Cuando tenía 18 años de edad, me casé con un hombre con el que permanecí casada por 24 años, tuvimos 4 hijos y también sufrí 5 abortos. No fue un matrimonio feliz, pues existían muchos problemas de abuso emocional y verbal, algo que la organización no aprueba por completo, pero tampoco hacía algo por combatirlo o remediarlo. Finalmente decidí que cualquier organización que quisiese tolerar este tipo de conducta no me necesitaba más. Tuve que dejar a mi esposo, él podía quedarse con la custodia de la religión, ¡yo me quedaría con los niños! Mi esposo y los ancianos habían dejado perfectamente en claro que yo nunca estaría a la altura de los estándares que Jehová había establecido, y que de ninguna manera sobreviviría el Armagedón, así que, ¡para qué golpear más mi cabeza contra la pared de ladrillo! Aún sentía que las demás religiones tenían un origen satánico, así que con seguridad, no iba a volverme a ninguna de ellas, ¡pero no había ninguna razón para no comenzar a tener, finalmente, un poco de diversión!
Mientras yo me “divertía,” el Señor puso en mi camino a un hombre cristiano muy amoroso y gentil, que asistía a una iglesia cristiana llamada Calvary Chapel (Capilla Calvario). Después de salir con él por un poco de tiempo, decidí “aventurarme” e ir con él a uno de sus servicios. Sorprendentemente, ¡el techo NO se desplomó encima de mí! Lo que ellos estaban enseñando era directamente de la Biblia, versículo por versículo -ellos no necesitaban 22 párrafos con notas al pie de página, referencias y opiniones para explicar una escritura de dos versículos, ¡como siempre lo hacían en la Organización Watchtower! Lo que más me impresionó fue cuando el pastor dijo que no era el trabajo de la iglesia hacerle de policía. Su trabajo consiste en decirme lo que es el pecado, ¡y el trabajo del SEÑOR es mostrarme en qué debo cambiar!
Para muchos de nosotros, dejar la organización ha requerido una investigación exhaustiva, largas listas de textos comparativos de las Escrituras que mostraran las discrepancias entre las enseñanzas de la Sociedad Watchtower y la verdad Bíblica. Para mí, la cosa fue un poco más sencilla. Cuando estábamos leyendo Juan 1:1, donde dice “…el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios,” y yo sabía que la Biblia de los testigos de Jehová decía “la Palabra era UN dios,” se encendió un foco de luz en mi cabeza y me percaté que, teológicamente, ¡ellos tenían un problema! Si la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era UN Dios, y existe sólo UN único Dios verdadero, entonces Jesús es un dios falso, o ellos son culpables de adorar a más de un dios, o… ¡JESÚS ES DIOS! Por supuesto, no iba a abandonar todo lo que siempre había creído por causa de un versículo, pero ciertamente fue el catalizador. Sentí que me estaba dando cuenta de que toda la cosa era como una lasaña. Ahora sabía que el queso (la manera en la que ellos tratan a sus miembros) estaba mal, la carne (la teología) estaba mal, y los fideos (sobreviví a las profecías fallidas, como la de 1975) estaban mal. ¿Iba yo a tratar de rescatar la salsa? ¡De ningún modo! ¡Era tiempo de comenzar nuevamente con ingredientes nutritivos y dadores de vida, con enseñanza sana basada en la Biblia y con un verdadero entendimiento de quién es Jesús y lo que Él hizo por mí!
Fue por este tiempo que me sentí obligada a dar mi vida, mi corazón, todo lo que tenía al Señor, ¡era lo menos que podía hacer después de todo lo que Él me había dado! ¡Me dio vida, me dio esperanza, me dio libertad de la opresión y la esclavitud de una religión legalista en la que había vivido con miedo durante toda mi vida! ¡Y en el camino me dio por esposo aquel hombre amoroso y gentil! ¡Todos los días le agradezco al Señor por la gracia que me llevó a Él!
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