Doug G – ex-testigos de Jehová

doug

.:DOUG – Ex-Testigo de Jehová venció al pecado por medio del Poder de Dios

Nació y creció como testigo de Jehová, pero Doug se apartó de la organización pues no podía vivir de acuerdo con sus estándares. En su desesperación, clamó a Dios. Simplemente había tantas religiones que él no sabía a dónde ir. Finalmente encontró esperanza en Jesús y una fuerza sobrenatural para vencer sus luchas en la gracia y poder del Espíritu Santo.

Nací y crecí como un testigo de Jehová. Estuve involucrado en la organización Watchtower hasta que me alejé cuando tenía unos 14 años de edad. Regresé a la organización cuando tenía 22 años, pero me alejé nuevamente 2 o 3 años después. Para ese entonces, yo era tan sólo un publicador, di unas cuantas charlas e hice un poco del trabajo de puerta en puerta.

Cuando abandoné la Watchtower, me mudé a Winnemucca. Fue allí donde conocí a mi esposa y me casé en 1997. Ella era cristiana y tenía un cuñado que también era cristiano. Ellos sembraron algunas semillas de verdad en mi vida, ¡pero todo eso causó que me arrodillara frente de Dios, estando completamente confundido! Existían tantas religiones por ahí y yo no sabía a dónde ir.

Después de haber cometido un pecado grotesco en el que había estado involucrado durante toda mi vida, tuve convicción al reconocer que no tenía el poder dentro de mí para ser capaz de detener este pecado. Por primera vez en mi vida, me arrodillé y le entregué mi vida a Dios, poniendo en sus manos cada plan que yo tenía para el futuro. Nunca se me enseñó a hacer la oración del pecador, pero fui guiado por el Espíritu Santo a confesar que era pecador y a pedirle a Jesús que entrara a mi corazón para ser mi Señor y Salvador.

Pedí el poder para arrepentirme de mi pecado. Instantáneamente, y por primera vez, me di cuenta de la bendita Naturaleza de Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La ceguera de mis ojos espirituales fue quitada, y me convertí en creyente.

Unos pocos días después, me di cuenta de lo que realmente me había sucedido. Ya no seguía cometiendo esos pecados asquerosos que me habían tenido atrapado toda mi vida. Dios había cambiado mis deseos y ahora lo que quería hacer era leer la Palabra y orar a diario para crecer conforme a su imagen y aprender del único Dios verdadero: mi Señor y Salvador personal, Jesucristo.

He recibido una paz y un gozo en mi vida que nunca antes había experimentado, y me estoy convirtiendo en el hombre que siempre quise ser. ¡Gracias Jesús!

Print Friendly, PDF & Email

This post is also available in: Portugués, Portugal Checo Italiano Ruso Inglés Spanish