¿Jesús resucitó de la muerte en un cuerpo de espíritu invisible?

Resurrection of Jesus

.:¿JESÚS RESUCITÓ DE LA MUERTE EN UN CUERPO DE ESPÍRITU INVISIBLE?Algunas ideas en cuanto a la perspectiva de la Watchtower acerca de la resurrección

LA PERSPECTIVA DE LA WATCHTOWER ACERCA DE LA RESURRECCIÓN
LA CONTROVERSIA DE LA RESURRECCIÓN – UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA
ARGUMENTOS EN CONTRA DE UNA RESURRECCIÓN CORPORAL

ARGUMENTO #1: SU CUERPO – EL SACRIFICIO FINAL

ARGUMENTO #2: EL ÚLTIMO ADÁN, UN “ESPÍRITU DADOR DE VIDA”
ARGUMENTO #3: “VIVIFICADO EN ESPÍRITU”
ARGUMENTO #4: LA “CARNE Y SANGRE” NO PUEDEN HEREDAR EL CIELO
ARGUMENTO #5: NO RECONOCIERON A JESÚS
ARGUMENTO #6: LA REALIZACIÓN DE ACCIONES SOBRENATURALES
¿RESURRECCIÓN O REENCARNACIÓN?
¿ES MIGUEL EL JESÚS RESUCITADO?
¿RECIBIRÁN TODOS LOS CRISTIANOS UN CUERPO RESUCITADO?

LA PERSPECTIVA DE LA WATCHTOWER ACERCA DE LA RESURRECCIÓN

Los testigos de Jehová aseguran creer en la “resurrección” de Jesucristo, pero su definición de la resurrección difiere de la postura cristiana histórica la cual enseña que Jesucristo levantó su cuerpo humano de “carne y hueso.” En lugar de esto, la Sociedad Watchtower asegura que Jesús no se levantó en su cuerpo humano y físico, sino como un espíritu invisible—el arcángel Miguel.  Ellos afirman:

“…Al ser resucitado para vivir en el cielo, llegó a ser un espíritu dador de vida… “Así es que, si Jesús dio su vida humana, incluso su cuerpo carnal como un rescate por la humanidad, no es posible que haya sido levantado de entre los muertos como humano, con su cuerpo de carne y sangre… Por lo tanto, Dios debió deshacerse milagrosamente de ese cuerpo…”. —“El Conocimiento que lleva a Vida Eterna,” 1995, p.68; Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. 1, p. 1220; Despertad, 1973, pp. 3-4 

…en su resurrección ‘llegó a ser un espíritu dador de vida.’ Es por eso que la mayor parte del tiempo fue invisible para sus fieles apóstoles… Ya no necesita un cuerpo humano… Se deshizo del cuerpo humano carnal, el cual Jesucristo entregó para siempre como sacrificio expiatorio, por medio del poder de Dios.” —“Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta,” pp. 332, 354 (Traducido del inglés)

“Por lo tanto, las pruebas indican que al Hijo de Dios se le conoció como Miguel antes de venir a la Tierra y también se le conoce por dicho nombre desde su regreso al cielo, donde reside como el glorificado Hijo celestial de Dios.” —Razonamiento a Partir de las Escrituras, 1989, p. 216

Romanos 10:9 articula dos requerimientos para la salvación. El primero es confesar a “Jesús como Señor.” El segundo requerimiento es creer que “Dios levantó a Jesús de la muerte.” De manera similar, el apóstol Pablo resume el evangelio en 1 Corintios 15:3-5:

“Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.” 1.

Pablo no sólo manifiesta que uno de los argumentos principales del evangelio es el creer que Jesús se levantó de la muerte, sino que en el versículo 17, va más allá al afirmar que, “si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados.” Los cristianos han enseñado y defendido la doctrina de la resurrección por siglos, enseñando que Jesús, se levantó físicamente con el mismo cuerpo humano con el que murió. Noten la correlación entre el cuerpo humano perecedero y el cuerpo humano resucitado y no perecedero, tal como se describe en 1 Corintios 15:42-44:

“Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual.”

El término griego, “soma” para “cuerpo”, siempre se usa en las Escrituras para referirse a la naturaleza física.  Del mismo modo, el término “espiritual” es utilizado en las Escrituras para denotar un comportamiento “sobrenatural”—no para referirse a la esencia de un ser “espiritual.” De este modo, la frase “cuerpo espiritual” en el pasaje anterior, habla de un cuerpo “físico sobrenatural”—no un “cuerpo de espíritu.” Otro ejemplo del término “espiritual” refiriéndose a un comportamiento “sobrenatural” se encuentra en 1 Corintios 2:15 donde leemos: “En cambio, el que es espiritual lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie.” En ambos pasajes, la persona “espiritual” se está comportando de una manera “sobrenatural,” no transformándose de manera “ontológica” de una esencia “humana” a una esencia “espiritual.”

LA CONTROVERSIA DE LA RESURRECCIÓN – UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA

Los testigos de Jehová no fueron los primeros en negar la resurrección corporal de Jesús. Durante la época de los apóstoles bíblicos, el movimiento herético del gnosticismo comenzó a invadir al cristianismo y floreció en el siglo segundo y tercero.   El gnosticismo era una creencia esotérica que prometía la liberación del mundo material el cual veía como perverso en su totalidad. Esta liberación vendría por medio de la revelación del “gnosis” (conocimiento) secreto del reino espiritual, divino y trascendente que únicamente los gnósticos poseían. El dualismo gnóstico enseñaba que la naturaleza espiritual era buena y que todo lo que tuviera que ver con el mundo físico o material era malo.  Por lo tanto, los gnósticos alegaban que Jesús no pudo haber sido completamente divino si es que poseyó un cuerpo humano físico.

Como respuesta a esta herejía, Juan replicó, “…todo profeta (espíritu) que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios; todo profeta (espíritu) que no reconoce a Jesús no es de Dios.” – 1 Juan 4:2-3. Y prosiguió diciendo: “es que han salido por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano. El que así actúa es el engañador y el anticristo.”—2 Juan 1:7

Del mismo modo, Ignacio, quien vivió entre los años 35 al 107 d.c., defendió la resurrección corporal de Cristo.  Él fue pupilo de Juan, el apóstol bíblico, y estaba sirviendo como obispo de Antioquía cuando fue condenado por su fe en Jesucristo. Estando en camino a su martirio en Roma, Ignacio escribió siete cartas que testifican acerca de la teología de los cristianos más antiguos. Él dijo:

“Capítulo III. —Cristo fue poseído de un cuerpo después de su resurrección…Pues yo sé que después de su resurrección Él también seguía poseyendo un cuerpo de carne, y creo que sigue siendo así ahora…Yo sé que Él tuvo un cuerpo no sólo en su nacimiento y crucifixión, sino sé que también fue así después de su resurrección, y que sigue siendo así ahora. Cuando, por ejemplo, se apareció a aquellos que estaban con Pedro, les dijo, “Tóquenme, pálpenme, y vean que no soy un espíritu incorpóreo. Pues un espíritu no tiene carne y huesos como ven que yo tengo…Y así fue Él, en la carne y a la vista de ellos, recibido hacia arriba por Aquel que le envió, siendo que, con esa misma carne vendrá otra vez, acompañado de gloria y poder.” —The Ante-Nicene Fathers, (Los padres de la iglesia, antes del concilio de Nicea) vol. 1, p. 87 (Alexander Roberts and James Donaldson, Eardmans Publishing Company, 1969) (Traducido del inglés)

Ciertamente, las Escrituras dan testimonio de este hecho cuando establecen que en Cristo “Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal” (Colosenses 2:9). En Lucas 24:37-39, se da este testimonio con respecto a la resurrección de nuestro Señor:

“Aterrorizados, creyeron que veían a un espíritu. — ¿Por qué se asustan tanto? —les preguntó—. ¿Por qué les vienen dudas? Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo.”

ARGUMENTOS EN CONTRA DE UNA RESURRECCIÓN CORPORAL  

Aún cuando Jesús mismo testificó que Él no resucitó como “un espíritu,” la Sociedad Watchtower asegura que Jesús se levantó como el arcángel Miguel, una persona “espiritual” e invisible. Declarando que Jesús existió como Miguel desde antes de su venida a la tierra, los testigos de Jehová creen que cuando murió, el “hombre” Jesús dejó de existir.2. Entonces, ¿Qué sucedió con las apariciones de Jesús después de su resurrección en un cuerpo humano carnal? ¿Qué sucedió con el verdadero cuerpo de Jesús? La Sociedad ofrece la siguiente explicación:

“Estalló guerra en el cielo: Miguel [quien es Jesucristo resucitado] y sus ángeles combatieron con el dragón… Habiendo cedido su carne por la vida del mundo, Cristo ya no podría tomarla de nuevo y hacerse humano una vez más… Sin embargo, muchas personas creen que Cristo llevó al cielo su cuerpo carnal. Señalan al hecho de que cuando Cristo fue levantado de entre los muertos su cuerpo carnal ya no estaba en la tumba. (Marcos 16:5-7) Además, después de su muerte Jesús se presentó ante sus discípulos en un cuerpo carnal para mostrarles que estaba vivo… ¿No prueba esto que Cristo fue resucitado en el mismo cuerpo en que se le dio muerte? No; no lo prueba. La Biblia dice muy claramente: “Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados…habiendo sido muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu.” (1 Pedro 3:18) Las criaturas humanas, que tienen cuerpo de carne y sangre, no pueden vivir en el cielo… Solo personas celestiales, con cuerpos espirituales, pueden vivir en el cielo… Entonces, ¿qué le sucedió al cuerpo carnal de Jesús? ¿No encontraron vacía la tumba suya los discípulos? Sí, porque Dios quitó el cuerpo de Jesús… Pero puesto que el apóstol Tomás pudo meter la mano en el hueco que había en el costado de Jesús, ¿no muestra eso que Jesús fue levantado de entre los muertos en el mismo cuerpo que había sido clavado al madero? No, porque Jesús sencillamente se materializó, o vistió de un cuerpo carnal, como lo habían hecho algunos ángeles en el pasado… Aunque Jesús apareció ante Tomás en un cuerpo semejante al cuerpo en que se le dio muerte, también se presentó en cuerpos diferentes al aparecerse a sus seguidores. Por eso María Magdalena al principio pensó que Jesús era un jardinero. En otras ocasiones sus discípulos no lo reconocieron al principio… Jesucristo… fue el primero que fue resucitado como persona de la región espiritual. (1 Pedro 3:18)—Usted puede vivir para siempre en el paraíso de la tierra, 1989, Cap.2, p.21; Cap.17, pp. 143-145; Cap.20, p. 172

Como se puede apreciar en la cita anterior, la Sociedad Watchtower da una serie de argumentos en contra de la idea de que Jesús resucitó con su cuerpo humano físico. Vamos a examinarlos:

ARGUMENTO #1: SU CUERPO – EL SACRIFICIO FINAL

La Sociedad Watchtower alega que Jesús entregó su cuerpo carnal como un sacrificio final por los pecados, de modo que no pudo haber tomado su cuerpo nuevamente, pues habría anulado el sacrificio. Este argumento es defectuoso, porque en ningún lugar de la Biblia se dice que los sacrificios de “carne” sirvan para expiar los pecados. Por el contrario, todas las referencias a una purificación del pecado hablan del “derramamiento de sangre.” En Hebreos 9:22 se afirma:

“De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre, no hay perdón.”

Así, Jesús fue capaz de derramar su “sangre” como pago por el pecado, y aún así resucitar con su cuerpo humano, “de carne y hueso” sin comprometer el sacrificio de salvación. De tal modo que Él proclamó:

“Por eso me ama el Padre: Porque entrego mi vida para volver a recibirla. Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Este es el mandamiento que recibí de mi Padre.” —Juan 10:17-18

“—Destruyan este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días. —Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo.”—Juan 2:19-21

ARGUMENTO #2: EL ÚLTIMO ADÁN, UN “ESPÍRITU DADOR DE VIDA”  

1 CORINTIOS 15:45: “Así está escrito: <<El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente>>; el último Adán, en el Espíritu que da vida.”

Con respecto a este pasaje, los apologistas Norman Geisler y Thomas Howe explican: “…espíritu que da vida’ no habla de la naturaleza del cuerpo de resurrección, sino del origen divino de la resurrección. El cuerpo físico de Jesús vino nuevamente a la vida únicamente por el poder de Dios (cf. Rom. 1:4). Así, Pablo está hablando acerca  de su fuente espiritual, no de su sustancia física como un cuerpo material… En suma, el cuerpo resucitado es llamado ‘espiritual’ y ‘espíritu que da vida’ porque su fuente es el reino espiritual, no porque su sustancia sea inmaterial. El cuerpo de Cristo resucitado sobrenaturalmente, es ‘del cielo,’ así como el cuerpo natural de Adán fue ‘de la tierra’ (v. 47). Pero del modo en que el de ‘la tierra’ tiene un alma inmaterial, así también Aquel que es del ‘cielo’ tiene un cuerpo material.” —When Critics Ask, A Popular Handbook of Bible Difficulties (Cuando los críticos preguntan, un manual popular de dificultades bíblicas), pp 467-468 (Victor Books, 1992) (Traducido del inglés)

ARGUMENTO #3: “VIVIFICADO EN ESPÍRITU”

1 PEDRO 3:18: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados… siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.” 3.

Las Escrituras utilizan con frecuencia los términos, “en la carne” y “en espíritu” para contrastar la manera de vivir carnal o pecaminosa, con la espiritual o piadosa. Por ejemplo, en Romanos 8:8-9 leemos que los cristianos que tienen el Espíritu de Dios, caminan “en el espíritu,” en lugar de “en la carne.” Es obvio que Pablo no está enseñando que los cristianos que caminan “en el espíritu” sean criaturas espirituales. Más bien, Pablo está proclamando que al caminar “en espíritu,” uno lo hace por el poder del Espíritu Santo de Dios.  Del mismo modo, 1 Pedro 3:18 dice que Jesús se levantó de la muerte “en [el poder del] espíritu [de Dios].”

Ciertamente, Jesús, quien “fue vivificado en espíritu,” no se hizo un espíritu, sino que fue “vivificado” al reino de la vida sobrenatural, eternal y espiritual. Jesús murió “en la carne”, es decir, en el reino carnal del hombre pecaminoso (no que Él haya tenido pecado, sino que vivió entre pecadores), y fue vivificado “en espíritu” —esto es, en el reino eternal (espiritual), ya no más en sujeción a la vida terrenal con todas sus limitaciones.

ARGUMENTO #4: LA “CARNE Y SANGRE” NO PUEDEN HEREDAR EL CIELO

1 CORINTIOS 15:50: “Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal no puede heredar el reino de Dios, ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible.”

Los testigos de Jehová declaran que Jesús no podría haber resucitado con su cuerpo humano de carne y hueso, porque las Escrituras establecen que la “carne y sangre” no pueden heredar el reino de Dios. Noten que Jesús no dijo que su cuerpo resucitado fuera de “carne y sangre.” En lugar de eso, dijo que su cuerpo era de “carne y hueso” (Lucas 24:39).  Esto es muy importante, porque el término “carne y sangre” es usado con frecuencia en las Escrituras para referirse a la humanidad mortal, 4. en contraste con el cuerpo imperecedero, resucitado, aludido a través de la frase, “carne y hueso.”

Como mencionamos anteriormente, la sangre de Jesús proveyó la expiación por el pecado. Así, Él no volvió a tomar su “sangre” nuevamente, sino que simplemente resucitó su cuerpo de carne y hueso. En lugar de asegurar que un cuerpo humano resucitado no puede heredar el reino de Dios, este pasaje asegura que el cuerpo humano perecible y mortal (hecho de carne y sangre) no puede heredar el reino de Dios, inmortal e imperecedero. Ciertamente, como afirma 1 Corintios 15:53, “Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad.”

ARGUMENTO #5: NO RECONOCIERON A JESÚS

Uno de los argumentos más comunes de los testigos de Jehová en contra de la resurrección corporal de Cristo es el hecho de que Jesús no siempre era reconocido después de su resurrección. Al asegurar que Jesús regresó a la vida como una criatura espiritual, ellos también aseveran, “Jesús sencillamente se materializó, o vistió de un cuerpo carnal, como lo habían hecho algunos ángeles en el pasado” para probar que había resucitado de la muerte. 5.  Por eso, ellos aseguran que Jesús no fue fácilmente reconocible, porque no había resucitado con su cuerpo original. El hecho de que los discípulos no reconocieran a Jesús, ¿prueba que Jesús se levantó de la tumba como un espíritu invisible que manifestaba “diferentes” cuerpos a sus seguidores? Examinaremos ahora los pasajes de las Escrituras en cuestión:

Lucas 24:13-35 describe un evento en el que Jesús apareció a sus discípulos en el camino a Emaús, pero ellos no le reconocieron al principio. En ningún lugar de este pasaje, dice que Jesús tuviera un cuerpo con una apariencia diferente. Por el contrario, el pasaje dice que los ojos de los discípulos “estaban velados” (Lucas 24:16). No fue sino hasta que Él terminó de hablar y de comer con ellos que Dios permitió que sus ojos fueran “abiertos” para que pudieran reconocer a Jesús (Lucas 24:31).

Juan 20:15 cuenta acerca de María, quien, en su primera visita a la tumba vacía, pensó que Jesús era el jardinero. Cuando consideramos el hecho de que María estaba cegada por su dolor y que aún estaba oscuro por ser “muy de mañana” (Juan 20:1), no es de sorprender que María confundiera a Jesús con el jardinero.

Juan 21:4 declara, “Jesús se hizo presente en la orilla, pero sus discípulos no se dieron cuenta de que era Él.” El contexto revela que los discípulos estaban lejos de la orilla y no esperaban que el Señor estuviera allí. Sin embargo, en el versículo siete leemos que Juan ciertamente reconoció a Jesús.

En cada uno de estos incidentes, existe una explicación lógica y razonable con respecto al por qué Jesús no fue inmediatamente reconocido en cada una de sus apariciones después de su resurrección. Es más, del mismo modo en el que Jesús no fue inmediatamente reconocido después de su resurrección, podemos leer ejemplos en los cuales tampoco fue reconocido fácilmente antes de su muerte.

Mateo 14:26 registra un evento en el que los discípulos de Jesús le confundieron con un “espíritu.” ¿Podemos asumir que antes de su muerte, Jesús tomó un cuerpo “diferente” en este incidente porque sus discípulos no le reconocieron? ¡Obviamente no!

En Lucas 4:28-30, leemos acerca de un incidente en el cual los judíos estuvieron a punto de apedrear a Jesús por blasfemia. Las Escrituras registran que no le apedrearon porque Jesús pasó por en medio de los judíos y ellos no hicieron nada al respecto. ¿No crees que si los judíos hubiesen reconocido a Jesús en la multitud, hubieran tratado de apedrearle aún? Ya que este evento tuvo lugar antes de la muerte de Jesús, sabemos que Él tampoco se estaba manifestando en un cuerpo “diferente” en este incidente. Entonces, el simple hecho de que los discípulos de Jesús no siempre le reconocieron en ciertas oportunidades antes y después de su resurrección, ¡no prueba que Él estuvo en un cuerpo “diferente”!   Ciertamente, el razonamiento de la Sociedad Watchtower con respecto a la resurrección corporal de Jesucristo, sucumbe bajo el escrutinio.

ARGUMENTO #6: LA REALIZACIÓN DE ACCIONES SOBRENATURALES

La Sociedad Watchtower alega que Jesús no hubiera podido realizar los actos sobrenaturales que hizo con su cuerpo, si este hubiera sido un cuerpo humano físico. En Juan 20:26 dice: “Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. — ¡La paz sea con ustedes!” La Watchtower hace esta pregunta: “… ¿cómo le fue posible en aquella ocasión aparecer repentinamente en medio de ellos aunque las puertas estaban cerradas con llave?” —Razonamiento a partir de las Escrituras, p. 215

Como respuesta, debemos considerar el hecho de que Jesús creó todas las cosas y que subsisten en Él ahora(Colosenses 1:16-17). Ciertamente, no es poco razonable concluir que el Señor de este universo, Jesucristo mismo, puede disponer y reacomodar la estructura molecular de cualquier cosa según su voluntad.

El texto simplemente afirma que Jesús apareció y “se puso” en medio de sus discípulos.  No dice que atravesó las paredes o el techo. Consideremos también el hecho de que Jesús realizó milagros con su cuerpo antes de su resurrección como podemos leer en Mateo 14:26, donde se le ve a Jesús caminando sobre el agua. Por lo tanto,  no hubiera representado una dificultad para Él realizar apariciones sobrenaturales con su cuerpo humano después de su resurrección.

¿RESURRECCIÓN O REENCARNACIÓN?

En la página 296 de la edición de 1989 de Razonamiento a partir de las Escrituras (un libro publicado por la Sociedad Watchtower), dice que la “Reencarnación” es la creencia de que uno “renace en una o más existencias sucesivas.” La organización va más allá al afirmar que esta “No es una enseñanza bíblica.” Como hemos señalado anteriormente, la Watchtower asegura que Jesús “se hizo de diferentes cuerpos…” cuando apareció a sus seguidores. También dicen en la página 328 de su libro Razonamiento a partir de las Escrituras, “Jesús, después de su resurrección, no siempre se apareció en el mismo cuerpo de carne.”

¿En qué difiere este punto de vista de la resurrección con la reencarnación? Podríamos sugerir que la única diferencia estriba en la manera de regresar a la vida; como ejemplo: el nacimiento, en lugar de levantarse de la tumba. De cualquier modo, el resultado final, un cuerpo diferente,  no es una resurrección, sino ¡una reencarnación!

En la página 326 del libro Razonamiento a partir de las Escrituras, de la Sociedad Watchtower, ellos admiten que la palabra griega para resurrección (anastasis) significa “ponerse de pie nuevamente” o “levantarse de entre los muertos.” Por lo tanto, para que algo califique como “resurrección,” debe haber una conexión real entre el cuerpo que murió y el cuerpo que fue levantado. Dado que Jesús no murió como una criatura espiritual, no pudo haberse levantado como una criatura espiritual. Ya que el arcángel Miguel no murió, no pudo haber resucitado. Si el cuerpo resucitado de Jesús no es el original, entonces tiene que ser una falsificación. ¡Tan simple como eso!

En Juan 2:18-22, Jesús respondió a los judíos que le desafiaron para que les mostrara una señal de su autoridad. En el versículo 19, Él dice: “—Destruyan este templo—, y lo levantaré de nuevo en tres días.” Los judíos entendieron mal lo que Jesús estaba diciendo y pensaron que Él hablaba acerca del templo en Jerusalén. Entonces, en el versículo 21, Juan explica que “el templo al que se refería era su propio cuerpo.”

¿Podría haber estado hablando Jesús acerca del “cuerpo espiritual” resucitado del arcángel Miguel? ¡No! Él no podría haber estado refiriéndose a un “cuerpo espiritual,” porque los judíos no “destruyeron” el “cuerpo espiritual” de Jesús.  Ellos destruyeron su cuerpo físico y humano, de manera que lo que Él prometió levantar fue su cuerpo humano.

¿Cuándo es que los discípulos entendieron lo que Jesús quiso decir en el versículo 19? Encontramos la respuesta en el versículo 22, donde Juan escribió, “Así, pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.” Ciertamente, si el cuerpo físico que los judíos destruyeron no fue resucitado, entonces la profecía de Jesús hubiera sido falsa y vana sería nuestra fe.

La Biblia enseña claramente que el “hombre” Jesús que murió, es el mismo “hombre” Jesús que fue resucitado.  En 1 Timoteo 2:5 dice: “Porque hay un sólo Dios y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Él, actualmente, se sienta a la diestra de Dios como el “hombre” que aboga a nuestro favor. Un día, Jesús regresará física y visiblemente par juzgar al mundo como el “Hijo del Hombre”: un término Mesiánico que denota su humanidad:

“—Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante verán ustedes al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.” —Mateo 26:64 (cf. Daniel 7:13)

“La señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.” —Mateo 24:30 (cf. Apocalipsis 1:7)

“Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ellos ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos.” —Hechos 17:31

¿ES MIGUEL EL JESÚS RESUCITADO?

Va más allá del alcance de este artículo el presentar todas las razones bíblicas que sirven para negar que Jesús sea el arcángel Miguel, pero considere estos puntos:

  1. Jesús nunca es llamado “Miguel” de manera directa en las Escrituras.
  2. Jesús tiene autoridad para reprender a Satanás (Mateo 16:23; Marcos 8:33), mientras que el arcángel Miguel no puede (Judas 9; 2 Pedro 2:11).
  3. Jesús es el Dios Creador de todo, incluyendo a los ángeles (Juan 1:1-3; Colosense 1:15-16)
  4. Jesús es llamado el “Hijo” de Dios de una manera en que ningún ángel jamás fue llamado (Hebreos 1:5).
  5. Jesús es “superior a los ángeles” (Hebreos 1:4), recibe “adoración” de los ángeles (Hebreos 1:6) y ha heredado el Reino, no dado a los ángeles (Hebreos 2:5).

¿RECIBIRÁN TODOS LOS CRISTIANOS UN CUERPO RESUCITADO?

La Sociedad Watchtower afirma que existen dos grupos de cristianos: Aquellos que resucitarán para vivir en el cielo y aquellos que resucitarán para vivir en la tierra.  La doctrina de los testigos de Jehová no sólo niega el hecho del cuerpo físico y humano de Jesús, sino que también niega el cuerpo físico de todos aquellos que habrán de vivir en el cielo. Dicen que sólo los que están destinados a vivir en la tierra recibirán cuerpos humanos físicos.

¿La Biblia sostiene la idea de que únicamente algunos habrán de recibir cuerpos resucitados? Ya hemos visto cómo la Sociedad Watchtower interpreta mal las Escrituras para negar la resurrección corporal de Jesús, y esta enseñanza no es la excepción. Consideremos ahora lo que dicen las siguientes Escrituras:

“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas.” —Filipenses 3:20-21

“Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal como Él es.” —1 Juan 3:2

Las Escrituras prometen que nuestros cuerpos humanos terrenales serán transformados a la semejanza del cuerpo glorioso de Jesús. Explican que esto ocurrirá por medio de la transformación de estos cuerpos mortales y “perecederos”, en cuerpos sobrenaturales, “imperecederos” que serán físicamente capaces de heredar el Cielo.

“Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.” —1 Corintios 15:50-546.

Es muy significativo que la frase “vestirse de” sea usada a través de todo 1 Corintios 15.  Esta expresión habla acerca de añadir algo a la humanidad, no de quitar algo. 1 Tesalonicenses 4:14-17 también describe este evento.

“¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con Él. Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero.  Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire.  Y así estaremos con el Señor para siempre.”

Estos pasajes describen a dos grupos de cristianos: aquellos que reciben cuerpos resucitados después de la muerte y aquellos cuyos cuerpos en vida son transformados de perecederos a imperecederos en la segunda venida de Cristo.

Sabemos por las Escrituras que en el instante de la muerte, las almas de los cristianos que murieron antes del regreso de Cristo, se van inmediatamente para estar “con” Jesús (2 Corintios 5:6-9; Filipenses 1:21-23). Ya que sus almas están “con Cristo”, 1 Tesalonicenses 4:14 explica que cuando Cristo regrese, Dios “resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con Él.” No es sino hasta el versículo 16 en que vemos las almas de estos cristianos reunirse con sus cuerpos resucitados.  Por lo tanto, los primeros en recibir sus cuerpos resucitados son las “almas” de los cristianos cuyos cuerpos “durmieron” en las tumbas, almas que ahora se encuentran “con Cristo.” 7.

Los cristianos que siguen vivos en el momento de la segunda venida de Cristo, serán el segundo grupo en recibir cuerpos glorificados. Ellos no mueren porque sus cuerpos mortales son inmediatamente transformados en cuerpos imperecederos de carne y hueso.  Como lo dice la Escritura, “seremos transformados” (1 Corintios 15:51) y “reunidos con ellos” (con aquellos que murieron) para encontrarnos con el Señor Jesús en el aire (1 Tesalonicenses 4:17).

En 1 Pedro 3:7-13 y en Apocalipsis 21, la Biblia declara que después del reino de Cristo de 1,000 años, Dios creará un “cielo nuevo” y una “tierra nueva” para el disfrute de todos los cristianos. Es nuestra postura que, por cuanto Jesús era capaz de viajar entre el cielo y la tierra con su cuerpo físico, glorificado y resucitado, los cristianos podrán hacer lo mismo con sus cuerpos glorificados. Por lo tanto, como la Biblia declara, Dios “transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como Su cuerpo glorioso [el de Jesús]” (Filipenses 3:21).

En ningún lugar encontramos que se haga alguna distinción entre los cuerpos resucitados de los cristianos que heredan el cielo y aquellos que heredan la tierra. De hecho, sería en vano buscar cualquier alusión a la idea de los testigos de Jehová con respecto a que sólo 144,000 personas heredarán el cielo mientras que el resto permanecerá en la tierra. Es cierto que los cristianos gobernarán sobre los habitantes de la tierra durante el reino de Cristo de 1,000 años, pero la Biblia describe a estos cristianos como aquellos quienes fueron asesinados durante la Gran Tribulación y que resucitaron a la vida para gobernar con Cristo sobre los habitantes incrédulos de la tierra. Apocalipsis 20:4-5 explica:

“Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la Palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años. Esta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años.”

Finalmente, leemos acerca del último grupo de personas destinado para resucitar. Estos son los que rechazaron la salvación en Cristo. La Biblia declara que cuando ellos murieron, sus “almas” fueron inmediatamente a un lugar llamado “el infierno” o el “Hades” para morar en su castigo (Lucas 16:22-29). Aún cuando sus cuerpos permanecen en sus tumbas hasta que los 1,000 años del reinado de Cristo sean cumplidos sobre la tierra, el libro de Apocalipsis explica que al final de este tiempo, Dios resucitará a ambos, a “la muerte” y al “Hades” para el juicio final y serán arrojados al tormento eterno, la “segunda muerte” llamada el “lago de fuego.”

“Esta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años. Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección.  La segunda muerte no tiene poder sobre ellos…Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había hecho.  La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.” —Apocalipsis 20:5-6; 12-15

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1. A menos que se indique lo contrario, todas las referencias de las Escrituras fueron tomadas de la Nueva Versión Internacional.
2.Vea Studies in the Scriptures (Estudios en las Escrituras), vol.5, 1899, p. 454 y “Things in Which it is Impossible for God to Lie,” (Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta) pp. 332, 354
3.Versión Reina Valera 1960
4.See Matthew 16:17; Galatians 1:16; Ephesians 6:12
5. Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la tierra, pp. 144
6. 1 Corintios 15:50-54. Versión Reina Valera 1960
7. El uso del término “dormir” en las Escrituras, no implica que el alma esté inconsciente mientras el cuerpo permanece en la tumba.  El término “dormir” es usado como un eufemismo para referirse a la muerte del cuerpo humano—no al alma inmaterial que permanece viva después de la muerte (Mateo10:28). Jesús utilizó el mismo eufemismo cuando habló de la muerte de la niña enferma la cual resucitó en Lucas 8:52. Aquellos que son tocados por Cristo encuentran que la muerte no es el fin, sino simplemente un despertar a la vida eterna, fuera del “sueño” de la tumba.

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